El presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero, pasó por Bruselas para dejarnos un discurso sobre lo bien que le ha ido a España desde que entró en la UE. Es cierto, que mucha culpa de lo bien que han reaccionado los españoles después de pasar 40 años bajo la dictadura franquista la tienen las subvenciones europeas. Pero de lo que se trataba era de hablar del futuro de Europa. Poco dijo sobre este tema y tampoco es que hubiera mucha gente escuchándole. Me pareció vergonzoso que más de la mitad del hemiciclo europeo estuviera vacío y es que del PP solo estaba Mayor Oreja y cuatro más.
Aparte de todo este rito político en el que se ven sumergidos nuestros dirigentes también, de vez en cuando, se someten a las preguntas de los ciudadanos de a pie. Después de hablar en el Parlamento Europeo, Zapatero se dirigió hacia una recepción organizada para los funcionarios que trabajaban en Bruselas. Gracias a la invitación de la Embajada de España ante la UE (no sé si fue un pequeño error) yo también fui a dicha recepción en la que por otro lado, se nos ofreció chorizo y jamón del bueno que nunca está de más cuando vives fuera de España. Cuando apareció el presidente todos los funcionarios (especialmente funcionarias) se abalanzaron sobre él para darle dos besos o simplemente la mano. Entre todo ese follón, fui tomando posiciones hasta aparecer justo en frente de él. Finalmente, me armé de valor pensando una y otra vez que no tendría la oportunidad de plantearle la pregunta que me rondaba por la cabeza desde que acabé la carrera. Y al final lo hice, le pregunté: Bueno, ¿y ahora qué? Me escuchó atentamente así como la gente de su equipo y durante dos minutos le expliqué mi visión personal sobre los jóvenes españoles en Europa. Muy amablemente me preguntó que cuánto tiempo llevaba viviendo en Bruselas y le contesté que ya casi dos años. En ese momento, me dijo ¿y hay muchos como tú? ¡Pues claro! Si uno da una vuelta por Bruselas, no hará otra cosa que oír español y es que buscarnos la vida en el extranjero es la mejor solución para progresar laboralmente. No conozco muchos europeos que piensen que viajar a España después de finalizar sus estudios sea la solución más adecuada para acabar de formarse. ¿Hasta cuándo tendremos que estar así? Esperemos que Zapatero me acabe contestando y se preocupe un poco más de "sus jóvenes" que en el fondo somos el futuro.
Aparte de todo este rito político en el que se ven sumergidos nuestros dirigentes también, de vez en cuando, se someten a las preguntas de los ciudadanos de a pie. Después de hablar en el Parlamento Europeo, Zapatero se dirigió hacia una recepción organizada para los funcionarios que trabajaban en Bruselas. Gracias a la invitación de la Embajada de España ante la UE (no sé si fue un pequeño error) yo también fui a dicha recepción en la que por otro lado, se nos ofreció chorizo y jamón del bueno que nunca está de más cuando vives fuera de España. Cuando apareció el presidente todos los funcionarios (especialmente funcionarias) se abalanzaron sobre él para darle dos besos o simplemente la mano. Entre todo ese follón, fui tomando posiciones hasta aparecer justo en frente de él. Finalmente, me armé de valor pensando una y otra vez que no tendría la oportunidad de plantearle la pregunta que me rondaba por la cabeza desde que acabé la carrera. Y al final lo hice, le pregunté: Bueno, ¿y ahora qué? Me escuchó atentamente así como la gente de su equipo y durante dos minutos le expliqué mi visión personal sobre los jóvenes españoles en Europa. Muy amablemente me preguntó que cuánto tiempo llevaba viviendo en Bruselas y le contesté que ya casi dos años. En ese momento, me dijo ¿y hay muchos como tú? ¡Pues claro! Si uno da una vuelta por Bruselas, no hará otra cosa que oír español y es que buscarnos la vida en el extranjero es la mejor solución para progresar laboralmente. No conozco muchos europeos que piensen que viajar a España después de finalizar sus estudios sea la solución más adecuada para acabar de formarse. ¿Hasta cuándo tendremos que estar así? Esperemos que Zapatero me acabe contestando y se preocupe un poco más de "sus jóvenes" que en el fondo somos el futuro.
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